Lucio Anneo Séneca nació en Corduba en el seno de una familia acomodada allá por el año 4 a.c. y murió, de forma trágica, en Roma en el año 65 d.c. Su padre, Marco Anneo Séneca, gran orador y maestro de retórica adiestró bien a su hijo “Séneca el joven” y es que éste le superó en importancia en todas las artes, así como en política y elocuencia. No hay que olvidar a los dos hermanos de nuestro protagonista, Galión quién llegó a ser gobernador de una región del Peloponeso y Mela, padre del famoso poeta Lucano.
Séneca, con un manejo de la oratoria brillante y unos principios políticos y filosóficos que llegaron a revolucionar el mundo conocido, era cuestión de tiempo que llegara a la élite de la política imperial romana. En su faceta de escritor cultivó géneros muy diversos, sus tragedias basadas en las obras griegas clásicas aunque con una métrica totalmente distinta, la sátira contra el emperador Claudio y obras filosóficas, entre las que destacan los diálogos y las Cartas morales a Lucilio. Toda su obra gira en torno al estoicismo, es por ello que Séneca es considerado el máximo representante romano de esta doctrina.
En cuanto a su vida, al morir su madre, Séneca pasó los primeros años al cuidado de su tía Marcia, esposa de un équite (caballero) que llegó a ser gobernador de Egipto. Esto le permitió formarse en Roma y Alejandría, adquiriendo primero conocimientos de retórica, derecho y filosofía y en el segundo destino amplió sus conocimientos de Geografía y etnografía, así como de administración y finanzas, sin olvidar su interés por las ciencias naturales. No se descarta que hiciera algún viaje a Atenas para ampliar su formación.
De vuelta a Roma fue nombrado cuestor, comenzando así su vida política, en unos años llegaría a ser el principal orador del Senado, despertó envidias entre sus contrarios, quienes alertaron al emperador Calígula de la influencia de Séneca en la Curia. El emperador lo condenó a muerte, cosa que no ocurrió, ya que una mujer de confianza informó al emperador de la mala salud del filósofo (Séneca padecía asma desde su niñez) y de su inminente muerte por causas naturales, así que le perdonó la vida. Séneca se retiró de la vida pública para evitar posibles represalias.
Muerto Calígula, su sucesor Claudio aconsejado por su esposa Mesalina, lo condena primero a muerte aunque después cambia la condena por el destierro, concretamente a Córcega. Durante estos 8 años fuera de Roma Séneca escribe varias de sus obras. Tras la muerte de Mesalina, Claudio contrajo matrimonio con Agripina, madre del futuro emperador Nerón, gracias a ella Séneca fue perdonado y nombrado pretor y tutor de su hijo.
Con la llegada al poder de Nerón, apenas con 17 años de edad, Lucio Anneo fue nombrado consejero y ministro, junto con otro oficial, Sexto Afranio Burro. Ambos consiguieron uno de los mejores gobiernos de la historia del imperio, introdujeron reformas contra la corrupción y lograron reducir los impuestos además de mantener las fronteras. Nerón se fue rodeando de personas que iniciaron una campaña de desprestigio hacia Séneca, además el emperador asesinó a su madre Agripina, protectora de Séneca. Afranio Burro también murió y el filósofo cordobés, viéndose solo y desprotegido, pidió retirarse de la política y donar su inmensa fortuna al imperio. Durante este tiempo viajó y continuó escribiendo. No se libró de la persecución, pues fue acusado de conjuras contra Nerón y condenado a muerte finalmente.
Séneca se suicidó antes de que cumpliera su sentencia a muerte, algo muy normal entre los patricios.